¿ SE PUEDEN DETECTAR ENFERMEDADES MEDIANTE EL ANÁLISIS DE NUESTROS GASES ?
Puede parecer asqueroso, pero
tiene muchísimo sentido y lo hacemos de manera habitual sin querer.
Los excrementos del ser humano ,
y de todas las especies , pueden darnos mucha información sobre nuestra salud.
Un grupo de investigadores australianos
ha encontrado la manera de diagnosticar enfermedades gracias a los gases del
interior del cuerpo humano , nuestro cuerpo.
Nuestros estómagos e intestinos están
llenos de microorganismos que producen gases como producto de su metabolismo .
No existe un solo tipo de
bacterias que produzca un tipo de gas determinado y cada familia genera
distintos subproductos.
las bacterias arqueas
metanogénicas producen , como su mismo nombre indica , metano , mientras que
las reductoras del sulfato producen sulfuro de hidrógeno, famoso por su pestilente
olor a huevo podre.
Según un trabajo publicado en la
revista Trends in Biotechnology, el aire que se produce en nuestros intestinos
puede funcionar como un biomarcador que desvele la salud de nuestro aparato
digestivo.
Según los expertos del Instituto
Real de Tecnología (RMIT) y el Hospital Alfred, ambos en Melbourne
(Australia), los gases que se producen
en nuestras tripas pueden contribuir a la aparición de enfermedades
gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad
inflamatoria intestinal y el cáncer de colon.
Bien, pero… ¿cómo lograr medir la
cantidad y la composición del gas de nuestro interior? los científicos proponen dos tipos de sensores
distintos: sistemas de fermentación in vitro y dispositivos electrónicos con
forma de píldora.
Ambos métodos son , según los
investigadores, una manera económica de comprender el impacto de las
flatulencias en la salud humana, y facilitar el desarrollo de nuevas terapias.
Los sistemas de fermentación in
vitro requieren obtener muestras de heces y realizar cultivos de ellas en un
ambiente húmedo libre de oxígeno, similar al del tracto gastrointestinal.
El gas generado en la reacción se
recoge a partir de los cultivos y se analiza cuantitativamente para separar los
diferentes tipos.
Por su lado, los sensores de gas
en cápsulas, una vez tragados, permiten obtener muestras de gases mientras se
encuentran dentro del intestino.
Las píldoras disponen de una
carcasa que las protege de los líquidos estomacales e intestinales pero con
membrana permeable a los gases, un sensor de gas, un microprocesador y
transmisor inhalámbrico para transferir los datos, así como una pequeña batería.
Como apunta Kourosh
Kalantar-Zadeh, autor principal del trabajo y profesor en el Instituto Real
de Tecnología, "debido a que ambas técnicas no son invasivas, pueden ser de gran interés para la industria médica y los sectores de salud pública, lo que
facilitaría la formulación de metodologías para el diagnóstico y nuevas terapias
basadas en la dieta o en fármacos”.
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