Buenas noticias para los pacientes con diabetes tipo 1:
Un
páncreas artificial podría estar disponible en los próximos dos años.
Este dispositivo monitoriza o controla continuamente los
niveles de glucosa en sangre y libera insulina en el cuerpo cuando es necesario , en un único proceso.
Uno de los calvarios del enfermo diabético es estar seguro de no
tener los niveles de glucosa en sangre ni demasiado altos ni demasiado bajos
para saber la cantidad de insulina correcta que se ha de administrar .
La nueva investigación plantea una solución definitiva,
menos invasiva y mucho más eficaz para los pacientes con diabetes tipo 1, porque
eliminaría la necesidad de medir continuamente el nivel de glucosa en sangre y
el dispositivo se encargaría de administrar insulina cuando fuese necesario.
El páncreas artificial controlaría mejor la glucosa que
cualquiera de las tecnologías o sistemas ya existentes.
Actualmente existen dos ensayos clínicos que están probando
la seguridad y eficacia de un dispositivo que puede ser
controlado por un smartphone o teléfono inteligente.
El sistema monitoriza continuamente la glucosa en sangre y los
algoritmos programados deciden en qué momento y cuánta cantidad de insulina ha
de administrarse .
Roman Hovorka y Hood Thabit, de la Universidad de Cambridge
en Reino y autores del trabajo, explican que los ensayos realizados hasta el
momento son muy positivos y que todos los enfermos diabéticos que están tomando
parte en el estudio afirman que su calidad de vida ha cambiado como de la noche
al dia porque no tienen que preocuparse por los niveles de insulina en sangre,
por cuando han de inyectarse ni de la cantidad de insulina que han de
inyectarse .
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.
(FDA) se encuentra en proceso de revisión y certificacion del páncreas
artificial y los científicos están convencidos de que es posible que el
dispositivo sera aprobado a principios de 2017 y , por su parte, el Instituto
Nacional de Investigación para la Salud (INDH) de Reino Unido ha anunciado que
los sistemas de circuito cerrado de control y gestión de los niveles de
insulina podrían alcanzar el uso clínico a finales de 2018.
Aunque las pruebas son muy satisfactorias todavía hay muchos
obstáculos que superar antes de que los pacientes con diabetes tipo 1 puedan
beneficiarse de las bondades de un páncreas artificial.
El motivo es que, aunque parezca mentira , el
dispositivo puede ser vulnerable a amenazas externas tales como
interferencias con los protocolos wifi o la recuperación de datos no
autorizada, “por lo que se deben implantar protocolos de seguridad”.
El estudio ha sido publicado en Diabetologia, la revista de la
European Association for the Study of Diabetes.
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