Efecto Placebo: ¿Asombroso poder
de la mente o charlatanería?
Algunos lo llaman el futuro de la
medicina y otros, charlatanería.
Muchos doctores consideran
antiético utilizarlo, pero muchos otros lo han recetado alguna vez.
El efecto placebo es uno de los
fenómenos psicobiológicos más interesantes y polémicos, pero al mismo tiempo
menos comprendidos por los científicos.
Muchos habreis oído hablar del
famoso efecto, pero, ¿saben que existe también entre los animales? ¿Y que tiene
un ‘gemelo malvado’ llamado ‘nocebo’? ¿Han pensado alguna vez lo qué representa
para la ciencia y qué quiere decir sobre las capacidades de nuestra mente?
A continuación, analizamos en qué
consiste el misterioso efecto placebo, si es ético utilizarlo , dónde están los
límites del poder de la autosugestión y algunos datos curiosos sobre este
fenómeno.
Efecto placebo: lo básico
¿Qué es un placebo?
Un placebo es todo lo que parece ser un tratamiento médico
real, pero que en realidad no lo es.
Los placebos más comunes son pastillas de azúcar, infusiones
y cirugías, pero puede ser cualquier otro tratamiento ‘falso’.
Lo que todos los placebos tienen en común es que no contienen
una sustancia activa.
¿Cómo se utiliza?
Los investigadores suelen usar placebos en sus estudios ‘de
doble ciego’ para evaluar el efecto que podría tener un nuevo medicamento u
otro tipo de tratamiento.
Por ejemplo, en el marco de un estudio sobre un medicamento
para reducir el colesterol, unos pacientes reciben el medicamento ‘de verdad’,
mientras que a otros se les da un placebo. Ninguno de los grupos sabrá si su
tratamiento es real o falso.
Posteriormente, los investigadores comparan los resultados de
ambos grupos para determinar la eficacia del nuevo medicamento y detectar sus
efectos secundarios.
¿Qué es el efecto placebo?
El efecto placebo es el conjunto de efectos sobre la salud de
una persona que produce la administración de un placebo.
Se trata de un fenómeno por el cual los síntomas de un
paciente pueden mejorar tras la administración de una sustancia sin efectos
directamente relacionados con el tratamiento de la enfermedad.
¿Por qué funciona así?
Los científicos creen que la explicación fisiológica para el
efecto placebo sería la estimulación de una zona específica del cerebro que
influye en la percepción de la salud, lo que da como resultado la mejoría del
estado del paciente. Es decir: el enfermo puede encontrarse mejor o incluso
recuperarse de la enfermedad gracias a la sensación de ser tratado o la
esperanza de curación.
¿A quién afecta?
El efecto placebo no funciona con la misma eficacia en todos
los pacientes ni con todas las enfermedades.
Según un estudio publicado en 1955 por Henry K. Beecher, el
efecto placebo solo tiene lugar en el 35% de las personas. En realidad, el
rango puede variar desde el 0% hasta el 100%, dependiendo de diferentes
factores del individuo, del medicamento placebo, del medio en el que se realiza
el tratamiento, etc.
10 datos ‘locos’ sobre el efecto placebo
El efecto placebo es, sin duda, uno de los fenómenos más
extraños y menos entendidos de la fisiología y la psicología humana, y los
conocimientos de la mayoría de las personas sobre este tema son muy limitados.
Hay ciertos aspectos del efecto placebo que incluso los
científicos y los médicos son incapaces de explicar.
El portal Listverse ha publicado una lista de diez hechos que
demuestran lo lejos que estamos de comprender este fenómeno.
10. Placebo para animales
Hecho: El efecto placebo también ocurre entre los perros y
otros animales.
Durante las pruebas del medicamento K9 para animales, las
compañías farmacéuticas utilizan los mismos procedimientos de doble ciego en
perros que en las pruebas de los medicamentos para los humanos.
En uno de estos estudios, dividieron a los perros con
epilepsia en dos grupos: a unos les dieron el medicamento y a otros un placebo.
Los científicos descubrieron que el grupo placebo reaccionó
de manera muy positiva a los medicamentos, lo que podría significar que el
fenómeno placebo también tiene lugar entre los canes.
Además, nuevos estudios de observación con los hámsters
siberianos revelan que la mayoría de los animales pueden experimentar algo
similar al efecto placebo que se pone en marcha en función de su entorno y la
energía del cuerpo.
Cuando a los hámsters les hacen creer que es invierno, su
sistema inmunológico entra en un estado más inactivo para conservar energía.
9. El engaño de los antidepresivos
Hecho: Los antidepresivos son, básicamente, un engaño total.
Según el portal, en los últimos años los médicos han estado
repartiendo recetas para medicamentos antidepresivos “como dulces de
Halloween”, ya que, al parecer, realmente funcionan, frenando la depresión en
un alto porcentaje de los pacientes.
Varios estudios de alto perfil demuestran que los placebos
hacen básicamente lo mismo, restando los efectos secundarios adversos.
Aunque las principales compañías farmacéuticas intentan
silenciar estos hallazgos, son muy prometedores para aquellos que sufren de
enfermedades mentales, ya que muestran que el origen de muchos males está en
nuestras cabezas y que pueden ser totalmente reversibles sin la ayuda de
productos químicos.
8. La embriaguez placebo
Hecho: Se puede llegar a la embriaguez placebo.
Para estudiar el efecto placebo, los investigadores de la
Universidad Victoria de Wellington (Nueva Zelanda) ‘engañaron’ a 148
estudiantes haciéndoles creer que estaban bebiendo vodka, en realidad era
simplemente agua con tónica y limón.
Como resultado del engaño producido en su mente, los
estudiantes demostraron poderes de memoria más pobres, peores resultados en las
pruebas más sencillas y un coeficiente intelectual más bajo.
7. Variaciones locales
Hecho: el efecto placebo depende de dónde vive usted.
Al parecer, el efecto placebo depende en gran medida de los
factores geográficos y culturales.
Los medicamentos falsos utilizados en un ensayo de
tratamiento de las úlceras funcionaron mucho mejor en Alemania que en Brasil.
Por otro lado, en una prueba de medicamentos para la
hipertensión, los alemanes resultaron ser los que menos respondieron a las
píldoras placebo.
La razón es que los factores culturales influyen mucho en
nuestras esperanzas, temores y expectativas, “de manera que el efecto placebo
se transforma al atravesar fronteras”, explica el artículo de Listverse.
6. Funciona aun cuando se sabe de él
Hecho: un placebo funciona incluso si el paciente sabe que lo
está tomando.
La idea misma del efecto placebo se basa en la certeza que
tienen los pacientes de los pacientes de que están tomando una medicina real
.
Sin embargo, existen estudios, como el experimento del
científico Ted Kaptchuk, del Centro de Investigaciones Osher de la Escuela de
Medicina de Harvard, que muestran mejorías de los pacientes con la
administración de placebo aun habiéndoles advertido de que se trataba.
5. Placebo y falsas infecciones
Hecho: Se puede experimentar un efecto positivo en el caso de
infecciones falsas de enfermedades no relacionadas.
Un grupo de médicos británicos realizó un estudio con el fin
de determinar si la infección con anquilostomas podría aliviar los síntomas de
pacientes con asma.
Se dividio a los enfermos en dos grupos, y se infecto a un
grupo con anquilostomiasis, mientras que los integrantes del otro creían que
también habían sido infectados.
Tal y como esperaban los científicos, el grupo de los infectados
vio mejoras y , sin embargo, el estado de los falsos infectados también mejoró.
Más extraño aún, al terminarse el estudio, varios
participantes optaron por mantener las infecciones debido a los beneficios
percibidos.
4. ‘Nocebo’
Hecho: El placebo tiene un gemelo malvado llamado ‘nocebo’
Del mismo modo que nuestras expectativas de eficacia de un
medicamento pueden influir en nuestra reacción a un placebo, las expectativas
de efectos secundarios pueden hacer que realmente los experimentemos.
Este fenómeno, que ya se ha manifestado en muchos casos,
recibe el nombre ‘nocebo’.
Un sólido estudio que documenta los efectos del ‘nocebo’ tuvo
lugar en Italia, y consistió en que tanto las personas con intolerancia a la
lactosa como las que no la tenían tomaron lo que pensaban que era lactosa.
Como resultado, un 44% de las personas con intolerancia y la
asombrosa cifra de un 26% sin intolerancia desarrollaron síntomas de malestar
gastrointestinal.
3. El color de las pastillas
Hecho: El color de las píldoras importa
A los seres humanos nos gustan las formas y los colores, nos
afectan en un nivel subconsciente.
Es por eso que nuestra percepción de lo bien que funciona una
pastilla o una píldora puede determinar lo bien que funcionará en realidad.
Esta percepción de la eficacia depende, a su vez, de
diferentes factores como el tamaño, la forma y el color del medicamento.
Los investigadores han descubierto que las píldoras son más
eficaces que las pastillas.
Los placebos amarillos son los más eficaces en el tratamiento
de la depresión, mientras que los rojos hacen que el paciente esté más atento y
despierto, los verdes ayudan a aliviar la ansiedad, y los blancos alivian
problemas estomacales, como las úlceras.
Cuanto más veces al día se tomen, más efecto tendrán, y las
píldoras que llevan un ‘nombre de marca’ funcionarán mejor que las que no
llevan nada escrito
.
2. Cirugías placebo
Hecho: Las cirugías placebo también son eficaces en la
curación de las lesiones.
En lo que parece ser un nuevo nivel de la evolución del
placebo, los resultados de las pruebas médicas han demostrado que las cirugías
falsas pueden ser tan eficaces como las reales.
La mejor parte de esta noticia
es, obviamente, que la cirugía falsa es mucho más barata que la real.
1. Cada vez más poderoso
Hecho: El efecto placebo se ha vuelto más poderoso en los
últimos años.
El efecto placebo se observó por primera vez a finales de
1700, pero sus verdaderas implicaciones fisiológicas no se entendieron hasta la
década de 1970.
Parece que con el aumento de las pruebas médicas sobre el
tema, este fenómeno se vuelve cada vez más poderoso.
Y es que, a medida que la tecnología médica mejora y la
mortalidad disminuye, nuestra fe en la medicina se vuelve cada vez más fuerte.
“Nos consuela la rutina de ir al médico, examinarnos, ir a la
farmacia y comprar las píldoras que, esperamos, nos curarán . Con el tiempo, esta expectativa se ha vuelto aún más
pronunciada ya que nuestra fe en la ciencia se ha fortalecido. Y con ella, se
ha fortalecido el efecto placebo”, explica Listverse.
¿Hasta dónde llega el poder de la mente?
Según sostiene un nuevo artículo del portal Corespirit, los
resultados de las investigaciones del efecto placebo están revelando algunos
detalles sorprendentes sobre el poder de la fe, sobre cómo la mente es capaz de
hacer grandes hazañas en la curación del cuerpo, aunque “en realidad, no es una
sorpresa, ya que el cuerpo es un organismo infinitamente inteligente”.
Los seres humanos sabían curarse a sí mismos mucho antes de
la invención de las técnicas de la medicina moderna.
Los chamanes indígenas curaron a los enfermos durante miles
de años, a menudo aprovechando el efecto placebo y daban esperanza a los
pacientes, y por medio de esta esperanza, la mente iniciaba los cambios en la
fisiología del cuerpo para que se curara.
El efecto placebo tiene que ver con el poder de la fe, y nos
da “una idea de la complejidad de la conciencia y de lo poco que realmente
sabemos acerca de la mente y de su capacidad para sanar”, reza el texto,
agregando que la evidencia científica se está acumulando, y apunta hacia la
posibilidad de que la mente tenga una capacidad de curación ilimitada.
Las pruebas con los medicamentos para el dolor y la ansiedad,
inmunosupresores y agentes anti-Parkinson, han demostrado que un placebo imita
exactamente el efecto de un fármaco cuando el paciente ha sido expuesto a la
droga antes del placebo.
“El efecto placebo es un fenómeno mente-cuerpo que empieza en
el cerebro, se traduce en una mejoría clínica, y está íntimamente relacionado
con el ritual del acto terapéutico”, “En realidad, lo que está emergiendo hoy
desde un punto de vista estrictamente científico es que el ritual del acto
terapéutico puede cambiar el cerebro del paciente, por lo que cualquier persona
que realiza un ritual terapéutico puede influir en la fisiología del cerebro
del paciente y obtener efectos positivos”.
Por otro lado, los científicos recuerdan que el poder de la
mente para sanar, si bien es considerable, nos es infinito.
Es más, uno ha de tener cuidado, ya que las capacidades del
cerebro humano sirven a muchas pseudociencias, la charlatanería y “para quienes
afirman que el cerebro lo es todo en la salud y que prácticamente la voluntad
puede mantenerle a uno sin enfermedades”,
“Si alguien que se contagia empieza a manifestar
síntomas y no es tratado con medicamentos reales, morirá. Da igual lo que crea
o el estado de ánimo con el que afronte la enfermedad”,
En este sentido, cita a Dylan Evans, el autor del libro
‘Placebo, el triunfo de la mente sobre la materia en la medicina moderna’,
quien llega a la siguiente conclusión:
“La respuesta placebo no es más que un
rápido reajuste de los propios mecanismos de curación del cuerpo ante un asomo
de esperanza y […] tienen límites por mucho que un optimismo de ímpetu
industrial los refuerce. La respuesta placebo no es mágica”.
Placebo: ¿efecto o defecto?
En algunos aspectos, el placebo parece ser una medicina
ideal: es más accesible en comparación con los medicamentos reales y no
presenta efectos secundarios.
Sin embargo, sigue siendo una cuestión muy polémica, sobre
todo desde el punto de vista de la ética, ya que los códigos deontológicos no
permiten a los médicos administrar sustancias inanes ni engañar a sus
pacientes.
En 2013, BBC Mundo consultó a varios doctores sobre este tema,
y casi todos calificaron de antiética la utilización del placebo.
“Tenemos que tomar en cuenta el principio de la beneficencia,
que con los placebos se pone en duda. Teóricamente nosotros debemos dar el
mejor tratamiento posible en pro del paciente”, afirmó el médico español Efrén
Moncada.
Por su parte, el doctor Jeremy Howick, de la Universidad de
Oxford, sostiene que sería antiético tratar a un paciente con placebos cuando
existe un tratamiento clínicamente comprobado, pero justifica su uso si el
paciente ya ha probado otras opciones y no funcionan, o bien si tienen serios
efectos secundarios.
“En estos casos que sabemos que el placebo puede funcionar y
lo damos en una forma ética, informando al paciente, podría ser beneficioso”.
A su vez, Dylan Evans, en su libro ya mencionado ‘Placebo el
triunfo de la mente sobre la materia en la medicina moderna’, habla de la
posibilidad de administrar productos inanes a los pacientes, pero solo en
algunos casos poco graves y susceptibles de responder al efecto placebo, y
además, advirtiendo a los enfermos que se trata de un placebo.
Para explicárselo de tal manera que se puedan poner en marcha
los mecanismos del placebo y sin engañar al paciente, el escritor propone
utilizar la siguiente fórmula: “Esta sustancia no tiene efecto terapéutico
real, pero en algunas ocasiones, si cree que le puede curar, funciona”.