Martin Lutero solia decir “Decir mentiras es como una bola de nieve, cuanto más rueda, más crece”, y estaba en lo cierto:
Todos sabemos que una mentira conlleva a otra y que , en ocasiones , resulta muy complicado dejar de mentir .
En un estudio reciente publicado en la revista ‘Natural Neuroscience‘ los investigadores descubrieron que nuestro cerebro es capaz de adaptarse a la mentira y que esa es la razon por la que existen los mentirosos compulsivos .
¿Por qué no se puede dejar de decir mentiras?
Durante la elaboración del estudio el grupo de investigadores de la London College dirigido por la profesora Tali Sharot se encargó de escanear el cerebro de varias personas mientras mentían a sus compañeros
Durante esta etapa del estudio los investigadores descubrieron que con cada mentira nueva la actividad en la zona del cerebro denominada ‘cuerpo amigdalino‘, el centro de procesamiento de las emociones, era menor.
otro rasgo del estudio que llamo la atención es que cuanto mas grande o mas larga en el tiempo es la mentira la actividad en el cuerpo amigdalino es mucho menor y que , por lo tanto , cuesta mucho menos mentir o seguir con la mentira
Los científicos descubrieron , también , que cuando un individuo miente en su beneficio
menos actividad se presenta en su cerebro.
En otras palabras, los intereses personales parecen funcionar como estímulo a la carencia de honradez.
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